Javiera Bagnara, noviembre, 2022
Como contexto, es importante destacar que no existen consensos en la dimensión temporal sobre el periodo que conocemos como “postdictadura”, discusión que desde la Revuelta social provoca mayor incertidumbre.
Esta poca claridad nace del mismo momento de la “transición democrática”, término que hace referencia al pacto en el que para terminar con la dictadura, la clase política, el empresariado y los militares llegaron a acuerdos para entregar el poder a la Concertación de Partidos por la Democracia, dejando fuera a la sociedad civil en la toma de decisiones y omitiendo los horrores del pasado reciente a través de la impunidad y la pérdida de la memoria colectiva, generando una sensación de profundo descontento en la sociedad. Por otro lado, se consolidó el sistema económico neoliberal que se había establecido desde la década del 80, en el cual el discurso de orden y progreso, propio de una sociedad de consumo, privilegió tan solo a unos pocos.
Los sectores más poderosos omitieron las demandas sociales y culturales intentando anular las acciones de micropolíticas que demandaban un quiebre con la herencia de la dictadura, principalmente, por la contradicción que le generaban a la estructura patriarcal del sistema neoliberal. Sin embargo, desde el año 2017 los movimientos feministas consiguieron movilizar a un amplio porcentaje de la sociedad en el espacio público chileno, impulsando la reapropiación de éste como mecanismo de acción. Lo anterior, alcanzó su punto cúlmine en octubre del 2019. Según Lucero de Vivanco y María Teresa Johansson, editoras de la publicación Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile (2021), las manifestaciones en la Revuelta social “emergían en el espacio público convertido en un campo de disputa por los derechos humanos y sociales”[1].
El siguiente ensayo, toma como objeto de estudio la performance Un violador en tu camino (2019) del colectivo LASTESIS[2], que nace en el contexto de Revuelta social mencionado anteriormente. Es importante destacar que, para efectos de este texto, se analiza dicha acción como un evento sonoro, que ha conseguido elevar de manera global los discursos de la crisis en Chile, resonando en otras realidades a partir del uso del grito como herramienta.
La performance no es el móvil central del estudio, si no que opera como soporte de un grito colectivo y aguerrido, que como elemento movilizador, genera un fenómeno de resonancia en los activismos por los derechos de la mujer, ocupando un lugar central entre los muchos que han entonado las demandas feministas del último tiempo. Entendiendo que la acción sonora toma como punto de partida la voz y otros elementos del cuerpo para producir sonido, para efectos de la pieza tratada, se pueden desplegar cruces entre acción sonora y performance ya que ambos refieren a una condición efímera y desmaterializada en su producción. Diana Taylor, teórica estadounidense, en El archivo y el repertorio. El cuerpo y la memoria cultural en las Américas (2017), insinúa que los procesos de repertorio se extienden a la memoria corporal en “performances, gestos, oralidad, movimiento, danza, canto y, en suma, todos aquellos actos pensados generalmente como un saber efímero y no reproducible”[3].
A través del análisis de Un violador en tu camino proponemos que el eco del grito invita a pensar en la existencia de un vínculo entre la dimensión sonora y sorora[4] de los cuerpos que postulan un mensaje feminista desde dos ejes: el primero, como un acto de desobediencia; y el segundo, la exploración del grito como un gesto contrahegemónico que se sustenta en la creación de un himno aguerrido.
“Patriarcado y Capital es una alianza criminal”[5]
Recientemente Nancy Mansilla Alvarado, artista e investigadora de arte, publicó un texto sobre el colectivo LASTESIS titulado “Lo colectivo como lanza” dentro de la publicación Mujeres en las artes visuales en Chile 2010-2020[6]. La agencia que tiene este espacio editorial sitúa al colectivo dentro de una escena renovadora del arte feminista en la última década, destacando los procesos metodológicos que las creadoras llevan a cabo en el desarrollo de sus encuentros: performances, laboratorios, entre otros. La palabra “arte” que a veces carece de sentido, acá parece ser limitante desde la formación de sus integrantes y las acciones transdisciplinares que llevan a cabo, estableciendo cruces entre las corrientes de pensamiento filosófico feminista con estrategias sonoras y visuales de manera provocativa. En ese sentido, “LASTESIS son un colectivo artístico interdisciplinario que desde el 2018 integra operaciones de la historia, el diseño gráfico, las artes escénicas, el diseño textil, la literatura y las ciencias sociales con el objetivo de difundir, a través del arte y la acción directa, las teorías feministas y transfeministas desde una perspectiva interseccional”[7].
Las distintas acciones que han realizado en los últimos años son operaciones visuales, sonoras y teóricas que activan el espacio público, siendo éste una zona histórica de disputa de mujeres y disidencias. De igual forma, incorporan situaciones de emergencia educativa “para conformar un emergente cuerpo performativo que sin duda lidera esta nueva ola de discursos de la crisis”[8], inspirados en la literatura de Rita Segato, Judith Butler, Paul B. Preciado (entre muchxs otrxs), desde una propuesta situada y descolonial que se interpone a la lógica de reproducción de discursos, encabezando la resonancia de los mismos.
En noviembre del año 2019, en plena Revuelta social, Un violador en tu camino aparece como un evento sonoro en Valparaíso, siendo movilizado por sus mismas autoras hacia Santiago. Con un foco de denuncia puesto en las violaciones de personas civiles perpetradas por funcionarios de las policías nacionales – cuyo antecedente hace referencia a la violencia y mecanismos de tortura ejercidos por las fuerzas armadas y las policías en dictadura militar–, esta acción fue interpretada en los Tribunales de Justicia y en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género. En este último lugar, con el objetivo de exigir la renuncia de la ministra de ese entonces, quien hizo caso omiso a los crímenes de Estado ocurridos sistemáticamente bajo su mandato. También, el colectivo realizó una convocatoria que congregó a más de 10.000 mujeres en el Estadio Nacional, en Santiago.
Tomando como punto de partida la teoría de la antropóloga feminista Rita Segato, desarrollaron un canto aguerrido que irrumpió en la sociedad, transformándose en un dispositivo que se establece a través del sonido y que toma la performance como soporte, con el propósito de representar a las mujeres aún en la actualidad. La teórica Cynthia Francica expone que “a través de la puesta en cuerpo de la liberación de la culpa que a menudo cargan, injustamente, las mujeres sobrevivientes de violencia sexual (“y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía”) y de su reasignación al perpetrador (“el violador eres tú”), LasTesis habilitan la performatividad encarnada de la denuncia. La canción incluye un extracto del Himno de Carabineros de Chile, institución a cuyo lema (“un amigo en tu camino”) alude también desde el título”[9]. El uso de este lema se activa como un gesto irónico, dando un giro contrahegemónico al crear un himno –o “contrahimno”– que se enfrenta directamente al aparato estatal. La frontalidad con que opera el colectivo junto a las miles de mujeres adherentes a la performance, quienes amplificaron el sonido de estos cantos, desarticuló la estrategia que utilizaron algunas performance en la dictadura militar, donde se utilizaban operaciones cosméticas y de camuflaje como mecanismos estéticos de resistencia frente a la violencia patriarcal, particularmente en los ecosistemas del arte.
¡Sin pelos en la lengua![10]: el grito
La Real Academia Española establece cuatro acepciones para la definición del concepto “grito”. Éstas hacen referencia al alzamiento de la voz y a la manifestación de un sentimiento colectivo. Llama la atención que la cuarta acepción sea: “chirrido de los hielos de los mares glaciales al ir a quebrarse por estar sometidos a presiones”[11]. Siendo una definición muy básica, es interesante como aparece una relación entre voz, presión y colectivo. Dentro del marco conceptual con el que se analiza Un violador en tu camino se afirma que el grito es un elemento del ruido.
El filósofo chileno Sergio Rojas, plantea que el opuesto al ruido es el silencio y lo define como “un concepto, propuesto para pensar la materialidad no procesada del sonido, el coeficiente de resistencia a la articulación significante del sonido”[12] e insiste en que el ruido se incorpora en la “estética del malestar” a través de la sensación que produce en el oído desde la subjetividad de la experiencia de mundo. En este sentido, el ruido no es un malestar en sí mismo, si no que la tolerancia mayor o menor de las personas es lo que determina este problema, y tiene como característica principal el ser aleatorio y contingente. El ruido altera la consciencia y tiene como uno de sus elementos el grito.
El colectivo LASTESIS, utilizó el grito como ejercicio performático, colectivo y organizado, desenmascarando las consignas heteronormadas y socialmente aceptadas en el contexto local, fundamentadas en un sistema que ha ejercido formas de violencia reproducida y justificada como parte de la conducta masculina. Esta normalización tiene su origen en la institucionalidad, transportando la discusión hacia el aparato estatal como proveedor directa e indirectamente de las lógicas verticales de comportamiento cotidiano. Según comenta Nancy Mansilla, esta pieza ha sido reinterpretada en más de cincuenta países amplificando “los llamados feministas a liberar toda culpa, alejándonos de la figura arquetípica de la víctima para gritar basta”[13]. A su vez, esta acción genera redes y tejidos que han transcendido la cartografía local y ampliado las fronteras de subversión.
La performance creada por LASTESIS, tiene un alcance masivo a través del contrahimno, posibilitando una zona de análisis en base al grito en las acciones corporales. Esto es relevante en cuanto generalmente, el conocimiento de la performance está determinado por la presencia de lo físico y lo visual en un mundo que se relaciona desde los sentidos del tacto y la vista. Existen ciertos signos y gestualidades en la acción que nos indican que, para efectos de esta pieza, la corporalidad queda sujeta al grito, el cual opera como expresión del ruido. Natalia Bieletto Bueno, teórica e investigadora sobre prácticas de escucha, historiza sobre la relevancia de lo sonoro en las manifestaciones sociales en la revuelta social chilena, indicando la importancia de repensar el paisaje sonoro en los procesos de transformación política y social, proponiendo una “comprensión de las músicas, los sonidos y la escucha como acciones políticas en sí mismas, no como elementos accesorios a ellas”[14].
El grito como pulsión vital, es una estrategia de desobediencia y no una acción reparadora. La cartografía de los cuerpos femeninos recorre la historia del silencio forzado que encuentra en la pieza del colectivo LASTESIS una doble arma: primero, pone en evidencia; y segundo, se despliega con un acto de liberación. Armar espacios de colectividad de mujeres y disidencias se interpreta como una amenaza de largo alcance debido a su alta resonancia. El grito de un himno aguerrido puede ser interpretado como la apropiación de un espacio quitado por el patriarcado, el cual nos permite situar las acciones sonoras feministas del continente latinoamericano como una agencia de ruido activada políticamente, al tomar una postura declaratoria de manifiestos.
Conclusiones
Este texto esboza una lectura sobre el grito como elemento de la performance Un violador en tu camino del colectivo LASTESIS. Esta acción marcó un quiebre en las prácticas heteropatriarcales del silenciamiento, que debe ser vinculada de manera constelar con otras acciones performáticas que desde sus elementos sonoros impactan en el espacio público incorporando nuevas formas de habitarlo. Tal es el ejercicio que propone Cynthia Francica, por ejemplo, al sugerir que la performance de LASTESIS, junto con la performer Cheril Linett y Rocío Hormazábal, se pueden agrupar para reflexionar sobre cómo estos cuerpos vibrantes operan en sus zonas de disputas frente a causas vinculantes. Esto lleva necesariamente a explorar nuevas estéticas colectivas.
Para cerrar proponemos abrir la discusión en ¿Por qué gritar? ¿Quiénes lo hacen y cómo? Luego de los eventos sonoros mencionados en el texto, la performance fue y sigue siendo replicada en distintos países del mundo por lo que el contrahimno Un violador en tu camino aún hace eco en contextos distintos entre sí.
Historizar sobre el presente siempre es un desafío, especialmente cuando se trata de eventos tan recientes en los que sus repercusiones aún no permiten afirmar un resultado y creemos que tampoco es necesario definir un patrón en común a cada acción y evento sonoro, dado que el motor que activa a cada grupo o colectivo a interpretar dicho grito puede tener variaciones coyunturales. El grito como elemento del ruido, alude a un tipo de comunicación que reemplaza el habla cuando la escucha de ésta falla. Dicha estrategia es un instinto primitivo de la humanidad que puede ser identificado como un llamado de auxilio frente a la violencia u otro estado de ánimo. La performance Un violador en tu camino busca incomodar la condición patriarcal del sistema en su repercusión global.
Bibliografía
Bieletto-Bueno, Natalia. “Sonido, vocalidad y el espacio de audibilidad pública. El caso de la performance «Un violador en tu camino» por Las Tesis en el Estadio Nacional de Chile”, Boletín Música 54 (julio – diciembre 2020): 3-27
Francica, Cynthia. 2021. “Somos un cuerpo”: performances feministas en el estallido social. En Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile, eds., Lucero de Vivanco y María Teresa Johansson, 183-194. Chile: Ediciones Alberto Hurtado.
LASTESIS Colectivo. 2021. Quemar el miedo. Un manifiesto. Chile: Editorial Planeta chilena S.A
Mansilla, Nancy. 2021. “Lo colectivo como lanza” en Mujeres en las Artes Visuales en Chile 2010-2020, coords. Varinia Brodsky Zimmermann y Mariairis Flores Leiva, 256-259. Chile: Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Rojas, Sergio. 2010. “El ruido de lo in-mundo” en [Pensar el / trabajar con/] sonido en espacios intermedios, 13-20. Chile: Ediciones Departamento de Artes Visuales Facultad de Artes Universidad de Chile
Taylor, Diana. 2017. El archivo y el repertorio. La memoria cultural performática en las Américas. Chile: Ediciones Alberto Hurtado.
Referencias
- Lucero de Vivanco y María Teresa Johansson, ed., Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile (Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2021), 11.
- El Colectivo LASTESIS nace en Valparaíso, Chile. Es conformado por Daffne Valdés Vargas, Paula Cometa Stange, Lea Cáceres Díaz y Sibila Sotomayor Van Rysseghem.
- Diana Taylor, El archivo y el repertorio. La memoria cultural performática en las Américas (Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2017), 56.
- Concepto que hace referencia a la solidaridad entre mujeres en el contexto de violencia patriarcal, que impulsa la red de resistencia frente a la discriminación sexual y de género.
- LASTESIS colectivo. Quemar el miedo. Un manifiesto (Chile: Editorial Planeta, 2021), 35.
- Publicación editorial del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio impulsada por Varinia Brodsky Zimmermann como coeditora junto con Mariairis Flores Leiva, cuya fecha de lanzamiento fue en septiembre de 2021.
- Nancy Mansilla Alvarado, “Lo colectivo como lanza”, en Mujeres en las Artes Visuales en Chile 2010-2020, eds., Varinia Brodsky Zimmermann y Mariairis Flores Leiva (Chile: Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, 2021), 258.
- Mansilla, “Lo colectivo como lanza”, 258.
- Cynthia Francica, “Somos un cuerpo: performances feministas en el estallido social”, en Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile, eds., Lucero de Vivanco y María Teresa Johansson (Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2021), 189.
- Dicho coloquial chileno que se refiere a la transparencia en la oratoria. Usualmente se aplica en personas que no censuran los mensajes que quieren ser transmitidos. Desde la construcción patriarcal de mundo, se ha aplicado más en mujeres que en hombres, dada la molestia que causa que una mujer diga las cosas claras sin ser desmedida.
- Visto en: https://dle.rae.es/grito
- Sergio Rojas, “El ruido de lo in-mundo”, en [Pensar el / trabajar con /] sonido en espacios intermedios. (Chile: Ediciones Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile), 15.
- Mansilla, “Lo colectivo como lanza”, 258.
- Natalia Bieletto-Bueno, “Sonido, vocalidad y el espacio de audibilidad pública. El caso de la performance «Un violador en tu camino» por Las Tesis en el Estadio Nacional de Chile”, Boletín Música 54 (julio – diciembre 2020), 4.