Artículo publicado en Memorias periféricas. Historia de nuestra américa y sus mentalidades (Chile)
Ángelo Narváez
Muy antes de Marx la filosofía había dado razones suficientes para enjuiciar la unilateralidad de la teoría y de la práctica como desenvolvimientos independientes uno de otro. Ya Hegel había mostrado que incluso concibiendo teoría y práctica como una identidad ésta sólo sería abstracta de no concretarse como experiencia determinada y determinante; como actividad y transformación. Habíase podido fundamentar desde el mero ámbito del pensamiento la universalidad de cualesquiera teorías de la totalidad, fueren estas como completitudes o incompletitudes; lo mismos habíase fundamentado del mero carácter práctico de la comprensión y la transformación, desde la constatación de la imposibilidad de concepción total o desde la necesidad de construcción de paradigmas totalizantes mediante una práctica determinada.